No hay otro paisaje vitivinícola igual en Chile. El valle del Itata es un pequeño tesoro en el sur del país donde se pueden recorrer pequeñas parcelas con viñedos esparcidos entre los pinos. Se extiende por unos 100 km., entre las ciudades de San Carlos al norte y Bulnes al sur, en la Región de Ñuble. Es una ruta incipiente que poco a poco incorpora al turismo dentro de sus actividades, y que guarda en sus viñedos la historia de la viticultura chilena.
Región de Ñuble: Ruta del Vino del Itata
Algunos de los vinos más atrevidos del país provienen de este valle, donde pequeños productores muestran procesos de vinificación artesanales. El “pipeño” (vino tradicional que se fermenta y almacena en tinajas de greda selladas con barro) es uno de esos grandes ejemplos, que pasó de ser vino de garrafa a convertirse en importante referencia nacional en tiendas especializadas de ciudades como Nueva York y París.
VIÑA MÄNNLE.
Orgánica y familiar, esta viña ubicada en el sector de Bulnes se caracteriza por crear vinos dulces, con toques de frambuesa y arándanos, que son un postre en el paladar. Su gran variedad de cepas van desde el cabernet sauvignon al gewürztraminer. Se puede disfrutar de los tours guiados por sus salas de barricas de roble, donde acompañados por el enólogo los turistas podrán disfrutar de los mejores ensamblajes de la marca.
VIÑA CHILLÁN.
Es una sorprendente viña boutique emplazada en Bulnes, que maneja nueve cepas para la elaboración de sus vinos, y mezcla barricas francesas y americanas. Así logra singulares vinos blancos que no se pueden dejar de probar y aplaudir. Sus tours son de corte íntimo y con previa reserva obligatoria: sus enólogos enseñan a diferenciar las texturas y sabores de cada uno de sus vinos.
VIÑA CUCHA CUCHA.
Esta viña ubicada en Portezuelo data nada menos que de 1649. Hoy, en sus 90 ha., busca convertirse en un referente en la elaboración de vinos de calidad y en un espacio disponible para pequeños productores locales. Desarrolla una interesante propuesta llamada “Espumante Bajo las Estrellas”, un circuito nocturno (mínimo 10 personas) que recorre la viña a la luz de antorchas y lleva a degustar sus mejores etiquetas maridadas con productos típicos de la zona.
VIÑA CASTELLÓN.
La Viña Castellón se emplaza entre los sectores de Florida y de Ránquil, en el secano del Itata de la región del Ñuble. El sector donde se ubican las vides goza de un microclima único que da hegemonía a los vinos que allí se producen. Adentrarse en los recónditos caminos olvidados del sector invita a una aventura hacia lo antiguo y a las raíces artesanales en la elaboración de vinos de edición limitada. Así, la Viña Castellón se ha transformado en una de las principales productoras del valle del Itata, donde destaca por la calidad de sus vinos que ostentan diversos premios y medallas.
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