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Iberostar Grand Paraíso: lujo bajo el sol del Caribe Maya

Con este eslabón de la Riviera Maya, Iberostar Hotels & Resorts reinventa el concepto all-inclusive llevándolo a su máxima expresión. Un producto de gran lujo, exclusivo para adultos, donde los huéspedes se sienten verdaderamente consentidos.

Hace ya bastante tiempo que las vacaciones all-inclusive vienen ganando adeptos. El valor agregado de la animación, conjuntamente con entretenidos espectáculos, y el acceso a sofisticados spas han marcado la evolución de este estilo vacacional. Afortunadamente, cuando parecía que el concepto “todo incluido” ya no podría sorprendernos, Iberostar decidió dar un paso más introduciendo su categoría “Grand”. Recientemente estuve alojado en el hotel pionero de este asombroso estándar de hotelería. El resort se encuentra a pocos minutos de Playa del Carmen, y forma parte de un complejo de cinco hoteles construidos por la cadena española en la última década sobre una imponente extensión de arena y mar llamada, acertadamente, “Playa Paraíso”. Dentro del mismo, el “Grand Paraíso” sobresale notablemente, y satisface las necesidades de los turistas más exigentes. Es importante aclarar que el establecimiento es exclusivo para adultos, lo cual garantiza un mayor silencio y tranquilidad, fundamental para quienes buscan relajarse totalmente. Las familias que deseen conocer el complejo tendrán la alternativa de alojarse en cualquiera de los otros cuatro hoteles 5 estrellas: Iberostar Paraíso Beach, Iberostar Paraíso del Mar, Iberostar Paraíso Lindo e Iberostar Paraíso Maya.
En lo que al Iberostar Grand Paraíso se refiere, debemos mencionar que desde el momento del ingreso al lobby se presiente que nuestras concepciones habituales acerca del all-inclusive cambiarán, llevando ese concepto a un nivel superior. La recepción es ágil y personalizada. Mientras nos registramos, una copa de cava española oficia como prólogo del relax venidero. Ya con la pulsera identificadora en la muñeca, solo resta esperar unos instantes para que un carrito de golf nos traslade a nuestra amplia habitación con soberbios detalles. Un jacuzzi en el baño, una hamaca en el balcón o un moderno sillón de lectura son solo algunos de los elementos a destacar. A los pocos minutos el mayordomo asignado se presentará ansioso por conocer nuestros gustos personales. Tal vez, podamos dudar entre solicitarle un balde de cervecitas para las 6 de la tarde o un espumante para la noche. Quizás prefiramos una botella de whisky escocés o bien un ron añejo. No importa. En el Grand Paraíso no es necesario elegir, solo hay que preocuparse por consentirse. Con toda seguridad, el mayordomo tomará nota de los pedidos, y se esforzará por cumplirlos en tiempo y forma.
Tratando de detallar los puntos sobresalientes de este resort, deberíamos comenzar por su imponente infraestructura, que nos transporta imaginariamente desde México hacia el esplendor romano. Con mármol, góndolas de Venecia, impresionantes pinturas en los techos y hasta un anfiteatro llamado Coliseo, percibiremos que no estamos en un típico hotel caribeño. La piscina es enorme, y parece fundirse con el mar. Sobran jacuzzis. Todas las reposeras, incluso las de la playa, tienen comodísimos almohadones que invitan a impostergables siestas. A pocos metros de la construcción central se destaca el spa, presentándose como una alternativa más que interesante al caer el sol. Con gimnasio, variedad de saunas y una piscina lúdica de agua climatizada, visitarlo se vuelve una sana costumbre diaria. Vale la pena dejarse tentar por alguno de los masajes y tratamientos que allí se ofrecen. Especialmente, el de piedras calientes.

LA BUENA MESA.
Si tuviera que elegir un elemento diferencial que defina la excelencia del Iberostar Grand Paraíso sería sin lugar a dudas su refinada gastronomía. Cada día comienza con un desayuno buffet de impresionantes proporciones. Estaciones de jugos, waffles, ahumados, fiambres, quesos, pastelería, omelettes, yogures, cereales, mermeladas, sándwiches, churros y platos calientes se mezclan con un eficiente servicio que garantiza la llegada a la mesa de un café en su temperatura justa o de una burbujeante “mimosa”. De cualquier manera, también existe la posibilidad de solicitar la carta donde se destacan unos inolvidables huevos benedictinos. Los almuerzos se caracterizan por lo variados, y por la calidad de los insumos. Imperdibles las costillitas de cordero al romero que un chef prepara en vivo. Si hasta aquí la propuesta parece muy tentadora, las cenas serán las dueñas de las mayores ovaciones. Lo complejo es decidirse entre disfrutar de un buffet temático que cambia noche a noche, o bien, realizar una reserva en alguno de los cuatros restaurantes de estilo tradicional. En el primer caso, tendremos una opción para cada día de la semana.
Es muy recomendable el buffet internacional de los miércoles, que concluye con una orquesta tocando en vivo en el área de la piscina, mientras las estrellas nos predisponen a que dejemos aflorar todo nuestro romanticismo. Por el contrario, quienes prefieran cenar a la carta tendrán que elegir entre el restaurante italiano Venezia donde sirven un risotto de camarones épico, el japonés Haiku con su teppanyaki en vivo, el gourmet L´Atelier donde el magret de pato a la naranja se lleva todos los honores, y Toni´s Surf and Turf con una propuesta de selectos pescados frescos, además de carnes que no tienen nada que envidiarles a los mejores cortes argentinos. Si de productos hablamos, no podría dejar de mencionar la omnipresente langosta, que puede ser degustada desde el desayuno, en blinis, hasta en el ágil servicio a la habitación. Pero no todo se limita a ese exquisito crustáceo. También abunda el atún rojo, el jamón ibérico, los aceites de oliva italianos, el salmón ahumado noruego y el caviar. Y como dato emblemático, cabe destacar que las hamburguesas son de carne de kobe.
Los bares y bebidas merecen un capítulo aparte. Con dos barras interiores, una en la piscina y otra en el teatro, las opciones etílicas son interminables. Grey Goose, Chivas Regal, Johnny Walker Etiqueta Negra, Henessy VSOP, Remy Martin VSOP, Don Julio reposado, Leyenda del Milagro Añejo, rones de 15 años y licores de la talla de Grand Marnier, Cointreu, Agavero, Drambuie y Baileys dejarán satisfechos a los amantes de las bebidas espirituosas. La presentación de los tragos es impecable, siempre servidos en la cristalería ideal. Innovadora la copa cocktail sin tallo, que se sumerge en un vaso cilíndrico con hielo, y permite conservar el Martini bien frío.
El personal es acorde a un hotel 5 estrellas “gran lujo”. Es amable y se esfuerza para asegurar estadías inolvidables. Son muy detallistas cuando deben complacer a un huésped repetitivo, recordando muchas de sus preferencias de visitas anteriores. El servicio a la habitación funciona las 24 horas, ofreciendo todas las opciones vigentes en los bares, además de una amplia y sofisticada carta de comidas.
Finalmente, no debemos dejar de mencionar al equipo de animación del Grand Paraíso. Durante el día, las posibilidades son múltiples, y van desde actividades físicas del estilo del tenis, waterpolo, vóley y juegos de piscina, hasta opciones más calmas como bingo, herradura, rifle de aire comprimido y arquería. Cada una de las mismas están coordinadas por los “star friends”, quienes con su simpatía y profesionalismo se esmeran porque cada turista encuentre la mejor manera de entretenerse. Los amantes del golf podrán disfrutar el fantástico campo diseñado por P. B. Dye. El mismo se encuentra al lado del centro comercial del complejo, donde al atardecer suele haber bailes folclóricos y bandas autóctonas. Allí mismo se pueden degustar especialidades típicas mexicanas, como unos ricos tacos al pastor. Por las noches, un show diferente nos sorprenderá en uno de los pocos anfiteatros cerrados con aire acondicionado de todo el Caribe. Es un placer terminar la velada disfrutando puestas en escena que poco tienen que envidiar a producciones de Las Vegas, con más de treinta artistas sobre el escenario, entre bailarines, músicos y cantantes. La mayoría son musicales, aunque una vez por semana, el mago Sebastián sorprende con un espectáculo muy bien logrado.

Efectuada esta descripción, creo que solo resta preparar las valijas. Y no debemos preocuparnos por el bronceador… La línea Hawaian Tropic, en sus diferentes niveles de protección, también está incluida.

TIPS DEL VIAJERO

Ubicación: en Playa Paraíso (Riviera Maya), sobre la línea de playa Habitaciones: 310 suites de seis categorías (Standard, Ocean Front, Ocean View, Presidential, Ocean Front Corner y Honey Moon Vilas). Restaurantes: Buffet Bella Vista (desayuno, almuerzo y cena), L´Atelier (gourmet), Haiku (japonés), Venezia (italiano) y Toni´s (carnes y frutos de mar). Además, el hotel posee seis bares.

Actividades: spa de 8.900 m² con gabinetes para tratamientos y masajes, jacuzzi, solario, sauna, baños turcos y romanos, y talasoterpia, entre otros servicios.

Deportes: gimnasio completamente equipado, arquería, tenis, básquet y vóley tradicional y de playa, golf, kayak, catamarán, waterpolo, lecciones de buceo, esnórquel.

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