Actualmente, con la facilidad e inmediatez que brinda la disponibilidad de música en formato digital en nuestros teléfonos móviles, es posible recorrer las ciudades incluidas en un viaje escuchando las canciones que las identifican, o bien que le fueron dedicadas o que simplemente hacen alusión a ellas.
Una playlist para recorrer Europa
Es una manera de, por un lado, conocer al menos parte de la historia musical de las urbes y, por otro, de efectuar los paseos envueltos en las mejores melodías que han dado o provocado esas ciudades.
¿Cómo no sentarse en algún puente parisino y contemplar el paisaje con Serge Gainsbourg en los oídos? ¿O cómo no regalarse cualquiera de las maravillosas canciones de los Beatles mientras se contempla Londres girando en la gran Rueda del Milenio?
Sólo esos dos ejemplos valen como muestra de cómo se puede crear un clima especial que le sume emotividad a la belleza de los lugares que uno visita. Y, además, con la posibilidad de armar el playlist uno mismo.
En ese sentido, el siguiente recorrido por algunas metrópolis europeas estará "musicalizado" de forma muy arbitraria y lógicamente parcial, ya que las posibilidades son infinitas, al igual que los gustos, pero no dejará de servir como una ligera guía opcional para quienes las visiten próximamente.
MADRID
Aunque parezca raro, algunas de las más hermosas canciones que se le han dedicado a la capital de España son de un argentino: Moris, el gran músico autor de El oso y Ayer nomás, entre otras perlas del primer rock argentino. El talentoso artista vivió aquí entre 1976 y 1983 y, fiel a su alma bohemia, pasó mucho tiempo en las calles y los bares de la ciudad. De esas andanzas y jornadas de contemplación surgió el disco "Fiebre de vivir" (1978), que contiene las hermosas Balada de Madrid, Nocturno de Princesa y La ciudad no tiene fin.
Por supuesto, durante la estadía no podrá faltar la escucha de Pongamos que hablo de Madrid y Yo me bajo en Atocha, de Joaquín Sabina, quien realiza un recorrido por sitios emblemáticos de la ciudad como la Puerta de Alcalá, la estación Atocha y la Torre Picasso.
Siguiendo con los cantautores, el madrileño Quique González compuso Calles de Madrid, en la que además de efectuar un paneo nocturno homenajea al mismísimo Sabina.
Por el lado femenino, una excelente opción es el disco Coplas de madrugá, de Martirio. Aquí, la conocida cantante se pasea por un rico repertorio de aires españoles acompañada por el piano del admirable Chano Domínguez, conformando una obra exquisita, de la que elegimos Torre de arena, Dicen y Tú eres mi marío.
Para cerrar, y cambiar un poquito de onda, nos vamos a En las calles de Madrid, de Loquillo –ya leyenda del rock español–, que describe a la noche madrileña con un rock puro y contundente.
ROMA
Comencemos a musicalizar a la capital italiana con una canción emblemática y un artista excluyente: Nel blu dipinto di blu – popularmente conocida como Volare–, en la versión original de Domenico Modugno, que triunfó con ella en el Festival de San Remo de 1958 y la lanzó al mundo. Ideal para una relajada contemplación del Tíber y sus puentes.
Aquí, en La Ciudad Eterna, es obligación recordar La Dolce Vita, ya que la Fontana di Trevi –locación de la escena más emblemática del film– es uno de sus principales atractivos. Y, para evocar la inolvidable película de Fellini, nada mejor que recurrir a In Vía Veneto, una breve y maravillosa pieza de Nino Rota incluida en la banda de sonido.
Como homenaje a la Fontana di Trevi, Frank Sinatra incluyó en su repertorio Three coins in the fountain, una hermosa canción que refiere a la costumbre de arrojar monedas a la fuente y pedir deseos.
Continuando en el plano de los homenajes, Mario Abbate, que fue uno de los máximos representantes de la canción napolitana, le dedica a la ciudad Serenata Romana, de una belleza melódica única y también muy adecuada para la contemplación de la urbe.
En el caso inverso –un romano de nacimiento interpretando tradicionales napolitanos– nos encontramos con el entrañable Luca Prodan, que cada tanto se despachaba con Muchacha napolitana y Dicitencello Vuie ("Díselo tú"), dos encantadoras canciones (más fáciles de encontrar en YouTube) para seguir disfrutando emocionalmente de la ciudad y, de paso, recordar al querido músico –que también compuso Virna Lisi, en homenaje a su amada actriz italiana– cantando en su idioma original.
Y, lógicamente, en Roma tampoco podemos obviar a Adriano Celentano, de quien seleccionamos la emotiva Il ragazzo de la via Gluck.
LONDRES
Debido a la cantidad y calidad de sus producciones musicales, la capital mundial del rock y el pop ameritaría un playlist interminable. Así que vamos sólo a algunas grandes canciones, comenzando por las dos más famosas bandas inglesas de todos los tiempos: los Beatles, de quien elegimos Blackbird; y los Rolling Stones, a los que escucharemos haciendo She’s a rainbow; ambas muy adecuadas para pasear por Hyde Park o contemplar el Támesis y ese deslumbrante perfil del Parlamento y el Big Ben.
De las bandas de los 60’ vamos a sumar a los Kinks, con su preciosa Waterloo Sunset, que revisita la zona de la estación de tren y subte Waterloo; y a los Who, a los que incluimos con la hermosa Behind blue eyes.
Siguiendo con los 60’, y como para traer al presente la época de oro de Carnaby Street y sus multicolores tiendas, vamos a escuchar a Marianne Faithfull haciendo As Tears Go By (1964), escrita por Mick Jagger (más tarde su pareja) y Keith Richards para lanzar a la entonces incipiente cantante y actriz.
Continuamos con Postcard from London, una encantadora canción en las voces de Ray Davies -líder los mencionados Kinks- y Chrissie Hynde, que hace ya 40 años es la soberbia voz de los Pretenders.
Para el final, una perfecta seguidilla para escuchar sentados en la fuente de Piccadilly Circus, mirando a Londres moverse alrededor: London, London, de Caetano Veloso, escrita aquí durante su exilio; la recordada Last Train to London, de la Electric Light Orchestra; Solid air, de John Martin; Searching for the truth, de Edwin Collins; Sickie Boy, de Robyn Hichcock; y, cómo no, London Calling, de los Clash.
PARÍS
Ah, París… cuánta maravillosa música; imposible hacer una selección “coherente” sin dejar afuera perlas de todo tipo.
Para empezar, nada menos que la gran Billie Holiday interpretando April in Paris. Y de inmediato, y ya pasando a los locales, el inolvidable Serge Gainsbourg con La Javanaise y la tan famosa Je t'aime... moi non plus, con los entonces escandalosos jadeos de Jane Birkin, su mujer en aquellos años.
Por supuesto, no puede faltar la musa de los existencialistas: la aún enigmática Juliette Greco, a quien escucharemos haciendo Sous le ciel de Paris.
Ni tampoco, claro, Edith Piaff, de quien seleccionamos, por supuesto, La vie en rose.
Y, siguiendo con las cantantes, la famosa modelo y actriz Françoise Hardy nos deleitará con Et si m’en vais avant toi y Suzanne, mientras que Carla Bruni lo hará con Quelqu'un m'a dit.
Volviendo a Gainsbourg, podemos escuchar a su hija, la también actriz Charlotte, haciendo la reciente y extraña Lying with you, en la cual homenajea a su padre (el video de la canción está filmado en el último hogar del famoso músico, que está conservado intacto desde su fallecimiento en 1991 y al que se puede conocer de afuera durante el paseo por el VII Distrito).
Para las caminatas, sin duda muchos optarán por la banda de sonido de "Amelie", ya que el disco de Yann Tiersen dejó una clara marca en varios rincones de la ciudad que fueron locaciones del film.
Hablando de películas, una excelente alternativa es escuchar la banda de sonido de Último tango en París, compuesta por el gran saxofonista argentino Gato Barbieri.
Para finalizar, el gran Georges Brassens, haciendo Les copains d’abord.
BERLIN
La siempre sofisticada bohemia de Berlín merece ser evocada con uno de los artistas más sofisticados y talentosos que ha dado la historia de la música: David Bowie. El Duque Blanco, atraído por la atmósfera especial de esta urbe, vivió aquí a mediados de los 70’ y aquí compuso tres magníficos discos: "Low", "Lodger" y "Heroes", éste último también grabado en la ciudad.
Del primero elegimos Sound and Vision, del segundo la que abre aquel long play, Fantastic voyage; y del tercero la homónima, que bien pueden ser escuchadas mientras se realiza el tour dedicado al genial músico inglés, recorriendo los lugares que frecuentaba, su residencia y estudios de grabación por los que pasó. También podemos incluir la hermosa Where are we now? –de su anteúltimo disco, The Next Day (2013)– , en la que vuelve a homenajear a Berlín mencionando sitios emblemáticos como el puente Bösebrücke, las tiendas KaDeWe y la plaza Potsdamer Platz.
Yendo más atrás en el tiempo, cómo no dedicarle un buen segmento a la gran Marlene Dietrich, berlinesa de nacimiento, de quien seleccionamos las preciosas Illusions, Symphonie y el clásico Lili Marlene.
Cambiando abruptamente de género, pasamos a los magníficos Die Toten Hosen –tan argentinos por adopción como los Ramones- haciendo Boser wolf y, cambiando aún más, pasamos a los legendarios Kraftwerk –pioneros de la música electrónica– interpretando sus conocidos hits The model y The robots.
Por último, nada mejor que escuchar Stay, de U2, incluido en la banda de sonido de Tan lejos, tan cerca, la continuación de Las alas del deseo, aquel maravilloso film del alemán "Win Wenders" sobre dos ángeles que viven en lo alto de la Columna de la Victoria berlinesa.