Hace poco más de 37 años, un empresario italiano, Pietro Saviotti, abrió la primera propiedad Dom Pedro en Portugal, en la Isla de Madeira. Desde entonces, su hijo Stefano ha trabajado para convertir al grupo en una de las cadenas con mayor éxito, contribuyendo al desarrollo de una rica herencia hotelera en el país europeo.
Herencia hotelera en el corazón de Lisboa
En la capital portuguesa, el Hotel Dom Pedro Palace ofrece una combinación perfecta de confort, buen servicio y excelente ubicación. Localizada en el barrio de Amoreiras, a sólo 7 km. del aeropuerto, muy cerca de los principales atractivos turísticos y la animada vida nocturna, la propiedad se convierte en la mejor opción de alojamiento para quienes visitamos por primera vez la ciudad, ya que se trata del más claro ejemplo de todo lo que la cadena puede ofrecer en el corazón de la exquisita Lisboa.
El establecimiento cuenta con 263 habitaciones distribuidas en 21 pisos, con un moderno diseño arquitectónico y una lujosa decoración clásica, que le otorgan al hotel una belleza única, además de brindar espléndidas vistas de la ciudad y el río Tajo.
Los cuartos, que se dividen en Classic, Tower, Suites y una Penthouse Suite, disponen de facilidades y amenidades que apuntan a satisfacer las demandas de todo tipo de viajeros. Además, quienes se alojen en las habitaciones Tower y Suites podrán disfrutar de los servicios del lounge VIP del piso 19, con inolvidables vistas panorámicas de la ciudad.
DOM PEDRO EN SABORES.
Una parada obligatoria para los que gustan vivir una verdadera experiencia gastronómica italiana es el restaurante gourmet Il Gattopardo. En su terraza se ofrecen cenas al aire libre, aunque ese espacio también es ideal para la realización de eventos privados.
Entre las delicias de la carta, Il Gattopardo presenta una amplia variedad de entradas, frías y calientes, como ensalada de langostinos con naranja, hinojo y olivas negras y foie-gras de vieira con manzana caramelizada, hojas de espinaca y reducción de vino de Oporto. Los platos fuertes incluyen opciones de carnes y pescados, tales como atún desmenuzado con hierbas, rúcula, tomates cherry y una reducción de vinagre balsámico, y filete de bacalao con puré de garbanzos y escarola. Los platos son maridados con lo mejor de la oferta vitivinícola portuguesa.
DOM PEDRO EN COLORES.
Un refugio dentro de otro refugio, así podría describirse al Spa Aquae, que fue especialmente diseñado para que los huéspedes puedan recuperar el equilibrio entre cuerpo y mente.
El espacio propone relajarse en la sala de cardio-fitness, jacuzzi, sauna, baño turco, o en alguna de sus cinco salas de tratamientos. Además, el spa cuenta con una piscina cubierta donde podrán optar por conocer una técnica milenaria: la cromoterapia, que consiste en la utilización de los colores para curar enfermedades. Las propiedades terapéuticas de cada color actúan en los centros energéticos (chakras) y corrigen y reactivan el campo vibratorio celular.
Es importante señalar que quienes se alojen en las habitaciones Tower y Suites tienen acceso gratuito al Aquae.
NEGOCIOS CON ESTILO.
Con más de 1.600 m² de instalaciones para reuniones, el establecimiento se consolida como la propuesta ideal para conferencias, banquetes o recepciones.
El Dom Pedro Palace dispone de 20 salas con capacidad para recepciones de hasta 800 personas. El salón Verdi puede acoger a 400 personas en disposición de teatro, 230 comensales como comedor, 235 como aula y 132 como cabaret. También cuenta con una serie de salas de menor tamaño.
Aunque sin dudas un punto diferencial son las facilidades, ya que dispone de wi-fi en todas las instalaciones, centro de negocios, oficina de registro privada disponible en el lobby (ideal para eventos privados de hasta 12 personas), sala de Internet en el lobby, cócteles al aire libre para grupos en la terraza del restaurante Il Gattopardo, menúes gastronómicos portugueses para grupos, paquetes a medida y estacionamiento para 110 vehículos.
INFINITA LISBOA.
La inspiradora capital portuguesa cuenta con múltiples atractivos, una muy rica historia y cientos de anécdotas de reinas, reyes y navegantes.
También presenta pequeños espacios, refugios creados para conocer más acerca de los secretos mejor guardados de la urbe.
El jardín de la Estrella es uno de ellos. Se trata de uno de los más hermosos de Lisboa, que sin duda merece ser visitado. Allí, después de un tiempo que invita a la relajación y la contemplación, la propuesta es seguir para encontrarnos con uno de los más asombrosos edificios de la ciudad: la Basílica de la Estrella. Una magnífica iglesia construida en el siglo XVIII, de estilo barroco tardío y neoclásico.
Luego de llegar a la pequeña plaza de la Misericordia, veremos una de las joyas barrocas más bellas de Portugal, la iglesia de San Roque.
Pero hay mucho más en Lisboa. Muy cerca del alojamiento encontraremos al imponente Monasterio de los Jerónimos, el Castillo de San Jorge, la Catedral de Lisboa y la Torre de Belém.
A nuestro regreso el Dom Pedro Palace nos recibirá con lo mejor de la oferta del grupo hotelero en el corazón de la entrañable Lisboa.
Informes: [email protected].
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