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Viajes para mirar al cielo

El firmamento, sus colores, sus luces y sus movimientos han fascinado al hombre desde siempre. Si bien es verdad que todos vivimos bajo un mismo cielo, también es cierto que hay lugares y momentos donde la bóveda celeste nos regala espectáculos inigualables. Aquí algunos de ellos, que pueden convertirse en experiencias inolvidables para los viajeros.

AURORA BOREAL EN NORUEGA

Si de experiencias exclusivas se trata, la aurora boreal es sin dudas una de ellas, y uno de los fenómenos más bellos de la naturaleza. No sólo eso la hace especial, sino que quienes deseen apreciarla, deben ir a “cazarla” entre noviembre y marzo en las proximidades del Círculo Polar Ártico.

Uno de los lugares donde se aprecia con mayor frecuencia –y magnificencia– es Noruega. Entre las localidades tocadas por las mágicas luces verdes destaca Tromsø, a 350 km. al norte del Círculo Polar Ártico, elegida por un gran porcentaje de viajeros por su conectividad, infraestructura y otros atractivos turísticos que complementan la propuesta. Otra opción exclusiva son los cruceros que conducen a apreciar las luces mientras se recorren las islas de Vesterålen y Lofoten –otras de las dueñas de las mejores auroras–, además de centros urbanos como Bergen, Ålesund y Trondheim.

Estos amaneceres a destiempo se dan, básicamente, por el choque de partículas solares cargadas con el campo magnético de la Tierra que forman una especie de imán partiendo de los polos. La explicación científica no alcanza para dimensionar la magia que se produce cuando el cielo poco contaminado por las luces urbanas despliega las ondulantes luminiscencias verde amarillentas (aunque también pueden ser rojizas, anaranjadas o fucsias).

Visit Norway dispone de una aplicación que aumenta las oportunidades de ver las mejores auroras boreales. Se trata de Norway Lights, que combina el pronóstico del tiempo con las probabilidades de ver las luces en el cielo en cada una de las ciudades noruegas en tiempo real.

AMANECER EN EL MONTE FUJI

Con 3.776 msnm. el monte Fuji es la montaña más alta de Japón. Al oeste de Tokio, su famosa silueta de cono perfecto es símbolo de la nación, considerado por muchos un refugio espiritual, sitio de buena suerte y conocido como “la montaña donde vive Dios”. A sus pies, el santuario Sengen-jijnja fue erigido para apaciguar las furiosas erupciones de este volcán, y parece haber funcionado puesto que la última se registró en 1707: aunque está oficialmente activo, el riesgo de erupción es moderado.

Cielo Monte Fuji
Mezclarse con la multitud que llega a la cumbre es parte esencial de la experiencia de subir al monte Fuji.
Mezclarse con la multitud que llega a la cumbre es parte esencial de la experiencia de subir al monte Fuji.

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, el monte Fuji es además un concurrido destino donde los viajeros de todo el mundo se mezclan con los locales y numerosos grupos realizan ascensiones rituales por la elevación sembrada de toris para venerar a divinidades de diferentes religiones. La temporada de ascenso va de julio a septiembre, y aunque es verano conviene considerar que habrá temperaturas menores a los 4°C.

Hay cuatro rutas hacia la cima y autobuses que llevan hasta la quinta estación (2.305 msnm.). Desde allí se puede apreciar un lindo paisaje, o bien comenzar el recorrido a pie. La ruta más tradicional es la Fuji Subaru, que requiere de seis a ocho horas de ascenso y tres o cuatro para volver a bajar. Este camino cuenta con unos 20 refugios de montaña donde muchos peregrinos comen y descansan (lo ideal es hacerlo en la octava estación) para luego continuar un par de horas más y llegar justo a tiempo para apreciar la salida del sol desde la cima.

La subida se convierte en una peregrinación que llena los caminos de gente de todo el mundo. Formar parte de la multitud es parte de la vivencia mística, que culmina al llegar a la cumbre para ver la salida del sol desde un cielo donde a menudo las nubes se extienden por debajo de los ojos del viajero, como mantos entre las elevaciones azuladas. Desde el monte Fuji, hasta el horizonte, el amanecer desde el punto más alto del “Imperio del sol naciente” es una experiencia única que los japoneses aseguran, todo hombre sabio debe realizar una vez en su vida.

LOS PRÍSTINOS CIELOS DE CHILE

El vecino Chile es considerado uno de los mejores lugares del mundo para observar estrellas debido a sus cielos poco contaminados por la luz artificial, y el gran número de noches despejadas al año. Estas condiciones naturales se complementan con importantes observatorios astronómicos y originales propuestas que acercan a los viajeros a las estrellas.

Cielos La Silla
Desde el observatorio La Silla, en la Región de Coquimbo, se pueden apreciar los cielos diáfanos de la zona.
Desde el observatorio La Silla, en la Región de Coquimbo, se pueden apreciar los cielos diáfanos de la zona.

Un lugar privilegiado para mirar el cielo es la región de Coquimbo, donde se encuentra el valle del Elqui, 470 km. al norte de Santiago y a 70 km. de La Serena. Allí, un buen lugar para comenzar es el Parque Nacional Fray Jorge, en la zona costera, primera Reserva Starlight de Latinoamérica, un espacio natural protegido en donde rige el compromiso de proteger la calidad del cielo nocturno y el acceso a la luz de las estrellas.

En la zona hay diversos observatorios astronómicos accesibles para el turismo como Cerro Mamalluca, Cerro Tololo o La Silla, 156 km. al norte de La Serena, a 2.400 msnm., en una zona con cielos despejados unos 300 días al año. Cuenta con 14 telescopios ópticos de espejos de diámetro de hasta 3,6 m. y un radiotelescopio de 15 m., lo que lo transforma en uno de los más grandes y modernos del mundo.

En el pueblo turístico de Pisco Elqui está el Observatorio Astronómico Galileo, que brinda a los visitantes un servicio exclusivo con su telescopio Dobsoniano GoTo con seguimiento automático de los astros y una base computarizada de 42 mil objetos del espacio que permite apreciar, por ejemplo, a Saturno y sus anillos, Júpiter y sus lunas, y cúmulos de estrellas.

También en la región hay guías que proponen caminatas nocturnas en la naturaleza, donde llevan equipamiento profesional para divisar planetas, satélites y estrellas fugaces.

LLUVIAS DE ESTRELLAS

Las lluvias de estrellas son un fenómeno astronómico que se produce cuando los cometas, meteoritos o asteroides son atraídos hacia el interior del sistema solar y entran en contacto con la atmósfera terrestre a una altura que va de 13 a 50 km., haciendo que se ionicen y produzcan grandes destellos de luz, corrientes o anillos de partículas que se conocen como enjambres de meteoros.

Cielo Las Perseidas
Las Perseidas se encuentran entre las lluvias de estrellas más destacadas.
Las Perseidas se encuentran entre las lluvias de estrellas más destacadas.

Estas lluvias de estrellas se dan en momentos precisos, y son una gran ocasión para mirar al cielo desde los más diversos destinos. Sólo hay que estar atentos a las fechas, y 2020 promete un calendario abundante en cielos iluminados. Son ideales los días de luna nueva y los lugares alejados de los centros urbanos, donde la oscuridad es más intensa. Aunque pueden apreciarse desde ambos hemisferios, algunas se observan mejor desde el norte y otras con mayor claridad desde el sur. Conviene mirarlas sin telescopios ni binoculares que acoten el campo visual, y dejar que los ojos se adapten a la oscuridad durante una media hora, para verlas de la mejor manera.

Sus nombres se deben a las constelaciones donde se sitúa su radiante, es decir, el punto desde el que las estrellas convergen. Algunas de las lluvias destacadas en 2020 serán las Líridas (a un costado de la constelación de la Lira, del 16 al 26 de abril, con su punto máximo entre el 22 y el 23); las Perseidas (con tasa máxima de actividad el 13 de agosto); y las Acuáridas (entre mitad de julio y fines de agosto). Las Gemínidas es considerada una de las lluvias más impresionantes del cielo, que en su apogeo puede regalar hasta 120 meteoros por hora. Ocurre anualmente del 7 al 17 de diciembre, con un pico la noche del 13, cuando además habrá luna nueva. Los meteoros irradiarán de la constelación de Géminis, pero pueden aparecer en cualquier parte del cielo.

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