Del 21 al 26 de febrero, Río de Janeiro será el escenario de una de las fiestas más impactantes del mundo. Pero, además de baile y alegría, el desfile de las escolas de samba es también una delicada industria que mueve millones y se rige por un reglamento riguroso y preciso.
Rio de Janeiro: los secretos del auténtico carnaval carioca
Despiertan pasiones y fanatismos equivalentes a los de un equipo de fútbol. Cada una tiene sus colores, sus banderas, sus reinas, sus seguidores famosos que -como cualquier seguidor- no traicionarían a su escola por nada del mundo. El día de la elección, cuando cada uno de los grupos va recibiendo los puntos de un jurado, miles de seguidores acompañan atentos el escrutinio y van sufriendo con cada décima que pierden, o festejando con cada décima que resta alguno de sus rivales. Finalmente, cuando una de las escolas es declarada ganadora -en general por una diferencia mínima y a veces discutida- la celebración estalla en el galpón de alguna barriada humilde, donde miles de hombres y mujeres, durante casi un año, dejaron su tiempo, su trabajo y su fe para construir una fantasía.
Muchas de las escolas guardan los detalles de sus desfiles bajo siete llaves para sorprender al público y los jurados, y también para evitar que sus rivales los copien. Este año el tema central será el 450 aniversario de la ciudad y Mocidade, Mangueira, Portela, Beija Flor e Imperatriz son algunas de las históricas que este fin de semana se lucirán sobre el sambódromo.
LA COMPETENCIA
El carnaval de Río es una de las mayores fiestas del mundo, pero también una de las competencias más peleadas.
Cada escola tiene un mínimo de 65 minutos y un máximo de 80 para pasar por la avenida: cada minuto que exceda ese tiempo es un punto que se descuenta. El reglamento es estricto y 40 jurados altamente preparados, distribuidos a lo largo de los 600 m. de la pasarela, evalúan minuciosamente el desempeño en varios ítem que califican con notas entre 7 y 10. El primero de los puntos a evaluar es la comisión de frente, la que abre el desfile, muchas veces con cuidadas y sorprendentes coreografías. El mestre-sala y la portabandera son la pareja que lleva y protege el estandarte de la escola para presentarlo ceremoniosamente ante los jurados. La bateria es la responsable de marcar el ritmo del samba usando sólo instrumentos de percusión: cada una tiene un toque característico y, al promediar su evolución por la avenida, debe desplazarse hacia un costado, donde seguirá tocando mientras el resto de la escola continua su avance. Algunas baterías tienen cerca de 300 integrantes y una reina que baila delante de los músicos, sorprenden al público con "paradinhas", silencios perfectamente meditados y cien veces practicados que cortan la respiración de los espectadores y los ayudan a retomar la canción con nueva fuerza.
Cada escola cuenta, a través de su canción (el samba) una historia o enredo que, tradicionalmente, debía estar vinculado a la historia del Brasil, aunque en la actualidad hay mayor libertad para elegir temas vistosos, coloridos y sorprendentes. La armonía es la coordinación y sincronización entre los miles de integrantes del grupo y la evolución juzga que el baile acompañe la música, que no haya espacios vacíos entre las diferentes alas y hasta la animación y la espontaneidad de los participantes. También se evalúa la variedad, creatividad y efecto visual de los disfraces y, bajo el título alegorías y adornos, los complementos de cada uno de los disfraces. Las que sepan ganarse el favor de los jurados, podrán desfilar una vez más la noche del "sábado de las campeonas".
LAS UBICACIONES
La calle "Marquês de Sapucaí" es también conocida como "Passarela do Samba Professor Darcy Ribeiro" o, más familiarmente, como sambódromo. Allí, las opciones para presenciar el espectáculo más grande del mundo son varias y se ajustan a diferentes presupuestos.
Camarotes: espacios privados con capacidad para entre 12 y 20 personas cada uno que se venden por todo el período de carnaval, incluyendo el sábado en que desfilan las campeonas. Muchos son patrocinados por importantes empresas e incluyen, además de un punto de vista privilegiado, catering y bebidas de muy buen nivel. En total los ocupan cada día 5.992 personas.
Frisas: boxes descubiertos pero cerrados lateralmente, para seis ocupantes cada uno y equipados con sillas. Pueden albergar a 6.528 espectadores por noche.
Sillas de pista: asientos dispuestos en plateas escalonadas. Son en total 4.220, de las cuales 285 están destinadas a discapacitados y 240 a sus acompañantes.
Arquibancadas: espacios descubiertos que llegan hasta los 15 metros de altura, donde pueden sentarse 16.804 personas.
Arquibancadas populares: en el comienzo y el final del desfile, con capacidad para 25.700 espectadores.
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