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BusinessElite de Delta: otra manera de volar

La aerolínea estadounidense está equipando con asientos "full-flat bed" a la clase Ejecutiva de toda su flota de larga distancia. Un producto de gran calidad que pusimos a prueba en un vuelo de 10 hs. entre Buenos Aires y Atlanta.

 

Como parte de una inversión de más de US$ 3 mil millones en productos y servicios, Delta Air Lines está a punto de finalizar la configuración de toda su flota de larga distancia con asientos "full-flat bed" en las cabinas de BusinessElite. En Sudamérica fue Brasil el primer mercado beneficiado con esta importante mejora, que luego llegó a Perú, Chile y -desde mediados de enero pasado- a Argentina.
El siguiente test fue efectuado en el vuelo DL 110 en la ruta entre Buenos Aires (EZE) y Atlanta (ATL), a bordo de un Boeing 767/300 ER. A continuación, los comentarios.

EN TIERRA
En el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini que sirve a la ciudad de Buenos Aires, Delta opera en la nueva Terminal C. El check-in fue rápido, no más de cinco minutos, gracias a la línea de Priority Pass.
La espera para los controles de seguridad fue rápida (se trata de un horario con escaso movimiento), al igual que para los trámites de migración, donde también existe una línea de Priority Pass.
Para sus pasajeros premium, Delta utiliza en EZE el salón Cóndor de Aerolíneas Argentinas, al servicio tambien de la alianza SkyTeam. De moderna arquitectura y mucha luminosidad, ocupa 1.000 m² con dos estaciones de snacks y bebidas con y sin alcohol, kids club, business center, wi-fi sin cargo y duchas, entre otras facilidades.
Cincuenta minutos antes del horario de partida se produjo el llamado a abordar a través de la puerta 16, muy cerca al salón. Nuevamente el Priority Pass me brindó la posibilidad de subir a la aeronave con una espera de pocos minutos.
La cabina lucía fresca y limpia, y sobre mi asiento (1D) estaba el amenity kit: un estuche de la prestigiosa casa de equipajes Tumi con productos de tocador de la firma estadounidense Malin+Goetz. También me esperaba un edredón blanco y una almohada de grandes dimensiones de la línea Westin Heavenly In-Flight.
Al rato llegó la jefa de cabina ofreciendo un rico champán francés, Jacquart Brut Masaique, jugo de naranja y el trago "mimosa" (mezcla de ambos). Mejor comienzo, imposible.
La puerta se cerró a las 21.25, 5 minutos antes del horario de partida.

EN VUELO
La clase BusinessElite de DL dispone en el B-767/300 de 36 plazas en una ventajosa configuración de 1-2-1, o sea que todos los pasajeros tienen acceso directo al pasillo.
La reclinación es de 180 grados, el ancho de 19 pulgadas y el "seat pitch" es de unas 8p pulgadas.
El sistema de entretenimiento a bordo costa de una pantalla fija, adosada al asiento de adelante, con un variado contenido de películas (incluyendo estrenos) en varios idiomas, música catalogada por géneros y juegos. El pasajero también recibe auriculares supresores de ruido.
Las comodidades de estos nuevos asientos se complementan con puerto USB y conexión eléctrica (110 v).
El menú merece un párrafo especial, ya que es mucho más abundante y elaborado que los ofrecidos por otras aerolíneas que compiten en las rutas a Estados Unidos. Se trata de platos gourmet que llevan la firma de la chef Michelle Bernstein, ganadora del prestigioso premio James Beard y a cargo del restaurante Michy y del café Crumb on Parchment del Design District de Miami. La propuesta de cena consta de una primera entrada (jamón serrano con almendras y coliflor asado), entrada principal (ensalada verde y sopa de calabaza), cuatro opciones de plato principal (filet mignon con hierbas y espinacas a la crema, pechuga de pollo braseada al limón, risotto de calabaza asada y una opción fría, de ensalada de cangrejo al curry con palta y naranja).
A la hora de los postres se ofrece helado de vainilla con varias salsas y selección de quesos finos.
El desayuno no se queda atrás. Es ofrecido aproximadamente una hora antes del aterrizaje y consta de frutas frescas de estación y, a elegir, tostada francesa de vainilla con huevos revueltos con queso cheddar o cereales.
La carta de vinos es otro punto a favor de Delta, pues consta de etiquetas especialmente seleccionadas por Andrea Robinson, master sommelier de la compañía y una de las 17 mujeres que cuentan con ese título en el mundo entero.
En este vuelo se ofrecieron dos blancos (Simi, chardonnay de Sonoma, California; y Louis Latour Chanfleure, chablis de Borgoña, Francia); dos tintos (La Rioja Alta Viña Ardanza, Rioja de España; y Chateau Lestruelle Cru Bourgeois, blend de Burdeos, Francia); y dos vinos de postre (Chambers Rosewood, moscatel de Rutherglen, Australia; y Quinto do Noval, porto de Portugal).
La atención fue impecable en todo momento, el vuelo sereno y tras 9.50 horas de vuelo el avión se posó serenamente en el Aeropuerto Internacional Hartsfield Jackson de Atlanta, donde arribó a una de las puertas de la nueva Terminal F.

CONCLUSIONES
El producto BusinessElite marca una inflexión entre las clases Ejecutiva de las líneas aéreas estadounidenses, tanto por su confort como por la calidad del catering.
En Atlanta, los pasajeros de esta cabina con conexiones tienen a su disposición con nueve Sky Clubs (salas VIP de la compañía), todas con wi-fi gratuito y dos de ellas con duchas (situados en las terminales internacionales E y F).
En este aeropuerto Delta opera un promedio de 930 vuelos diarios a 205 destinos, incluyendo 61 rutas internacionales.

 

 

 

 

La calidad como meta

Refiriéndose al lanzamiento de la renovada clase BusinessElite, Rodrigo Bértola, gerente regional para Sudamérica hispana de la Delta, resaltó: "La puesta en servicio de estos nuevos asientos full-flat bed son una prueba más de nuestro compromiso de convertirnos en la mejor aerolínea estadounidense en Latinoamérica".
"Ahora, añadió, los pasajeros pueden gozar de un verdadero descanso, trabajar con comodidad o simplemente relajarse mientras disfrutan del más moderno sistema de entretenimiento on demand."
El ejecutivo también puntualizó las inversiones realizadas por DL en América Latina, que incluyen una inyección superior a los US$ 100 millones para motorizar una alianza a largo plazo con Gol y más de US$ 65 millones tendientes a impulsar una alianza comercial, también a largo plazo, con Aeroméxico.
Finalmente, Bértola destacó que la revista Air Transport World distinguió a la compañía como "Aerolínea del Año 2014", lauro que se otorga por primera vez en los últimos 10 años a un carrier estadounidense. "Es un premio que nos enorgullece y que ratifica que vamos en el camino correcto a la excelencia. Para obtenerlo, Delta ocupó el primer puesto en varias categorías de la encuesta, incluyendo innovación y liderazgo de la dirección ejecutiva, fuerte disciplina financiera, consistente récord de seguridad, liderazgo en la comunidad, esfuerzos ambientales y tecnológicos, altos estándares de servicio al cliente y óptimas relaciones con los empleados.

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