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Machu Picchu: consejos para conocerlo mejor

¿Cuál es la mejor época para viajar?, ¿Qué camino tomar?. ¿Cuáles son los medios de transporte disponibles? son algunas de las preguntas que respondemos en esta nota, para ir planificando tu próxima travesía.

Organizar un viaje al exterior es siempre placentero. Produce una sensación de algarabía incesante. Con cada paso se está más cerca de acceder a un sinfín de emociones que se acrecientan durante la travesía misma. Y ni hablar si el destino selecto es Machu Picchu, la mítica ciudad inca declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983 y una de las siete maravillas del mundo moderno en 2007.

Sin embargo, dada su ubicación enclavada entre las montañas cusqueñas y la inexistencia de un camino directo –de manera intencional para controlar el flujo de visitantes diarios–, es necesario conocer algunos consejos antes de partir a la ciudadela de Machu Picchu y sus respectivas atracciones turísticas linderas.

TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A MACHU PICCHU.

Parafraseando la arcaica expresión romana, Machu Picchu, o “Vieja Montaña” en quechua, cuenta con múltiples caminos que llevan hacia la entrada de Aguas Calientes, el pequeño pueblo situado a la ladera de la montaña, que van desde el uso de transporte aéreo o terrestre, hasta una caminata que oscila de dos a cuatro días por todo el Valle Sagrado de los Incas.

Quizás la ruta más habitual, para aquellos que prefieren el confort y la rapidez, es la denominada “Hiram Bingham”, en honor al explorador estadounidense responsable de hacer pública la existencia de la ciudad incaica. Para acceder a ella es necesario abordar un ferrocarril en la Plaza de Armas, ubicada en el Centro Histórico de Cusco, el cual toma alrededor de tres horas en llegar a destino. Al optar por este medio, durante todo el trayecto disfrutarás de una vista excepcional, con un río que parece jamás acabarse y una serie de montañas repletas de vegetación.

El Camino del Inca: para aquellos valerosos que deseen recorrer un extenso territorio adueñado por la madre naturaleza y recrear el recorrido que hacían los incas hace cinco siglos, el Camino del Inca es la opción ideal. Si bien existen senderos que varían entre los dos y cuatro días de viaje, el punto de partida siempre es Cusco, más precisamente su Centro Histórico. De allí se parte hacia el Km. 82 para recorrer a lo largo y a lo ancho gran parte del Valle Sagrado de los Incas, conociendo Urubamba, Písac, Chinchero, Ollantaytambo, Patallaqta, Wayllabamba, Huayllabamba, Warmiwañusca, Pacaymayu, Sayllapata, Chaullay y la famosa laguna Huamantay, hasta llegar a Aguas Calientes y culminar la travesía en lo alto de Machu Picchu.

Cabe resaltar que en la Plaza de Armas de Cusco existen decenas de agencias de viajes, las cuales varían de acuerdo al itinerario y no siempre se visitan todos los rincones del valle.

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La Plaza Sagrada.
La Plaza Sagrada.

LA SUBIDA A LA “VIEJA MONTAÑA”.

Al arribar a Aguas Calientes, el pequeño pueblo turístico repleto de artesanías locales y bares para disfrutar de la auténtica gastronomía peruana, lo primero a tener en cuenta es conseguir el boleto del autobús (US$ 25) que sube por el borde de la montaña. Tras ello, es hora de esperar en una fila que parece interminable, pero la constante frecuencia de los buses hará que la espera no sea de más de 30 minutos.

RECORRIENDO LA MARAVILLA DEL MUNDO MODERNO.

Una vez en la cima, comienza el verdadero espectáculo. Tras recorrer una pasarela de piedra donde se avistan infinidad de montañas cubiertas con vegetación, y tras subir por una serie de escalones uniformes, al alcance de la mano se encuentra el área edificada de 530 m. de largo por 200 m. de ancho, con al menos 172 recintos dedicados a la actividad civil y religiosa. Enclavado entre las gigantes rocosas, Machu Picchu está dividido en dos sectores: la zona agrícola, formada por inmensas terrazas de cultivo; y la zona urbana, donde residían los antiguos miembros del imperio inca.

Tras poner el primer pie en la ciudadela, el resto del recorrido es a placer personal. Si bien el complejo está señalizado y hay sectores en remodelación, cuyo paso está prohibido, la circulación dentro de ambas zonas no posee un camino específico. Es posible transitar por aquellos andenes de cultivo que se extienden de acuerdo al declive natural, y donde sus habitantes cultivaban ajíes, algodón, tomate, maní, oca, quinua, maíz y papa (de estos dos últimos existen 300 y 5.000 variedades, respectivamente).

Al ingresar dentro de los múltiples templos y hogares, es imposible no quedarse anonadado con la perfección de cada piedra, sin importar su tamaño, las cuales fueron colocadas de acuerdo a la forma más correcta para edificar las construcciones, las cuales se mantienen en pie a cinco siglos de su nacimiento.

Durante la larga caminata, la cual se estima dura un mínimo de tres horas, los visitantes se toparán con el Templo del Sol, el cual se utilizaba durante el solsticio de junio; la Residencia Real; la Plaza Sagrada; la Pirámide Intihuatana, cuyos flancos fueron convertidos en terrazas y en lo más alto se encuentra la piedra homónima; y la Roca Sagrada, de 3 m. de alto por 7 m. de ancho y cuya forma recuerda a un felino agazapado.

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Interior de una de las viviendas.
Interior de una de las viviendas.

TIPS PARA EL VIAJERO.

  • Dónde alojarse: todo depende de la ruta seleccionada. Existen múltiples opciones, como reservar un hotel en el Centro Histórico de Cusco y partir desde la Plaza de Armas por la mañana en tren, o dormir la noche anterior en Aguas Calientes, al pie de la montaña, y levantarse listo para una caminata interminable.
  • Clima: al oscilar la temperatura entre los 12º y los 24º C, cualquier momento del año es apto para realizar el viaje. Aunque la temporada de lluvias concurre entre noviembre y marzo, las mismas alternan con un brillante y cálido sol, por lo que llevar piloto es indispensable.
  • Moneda: sol peruano (equivalente a $ 18 argentinos).
  • Tickets a Machu Picchu: www.machupicchu.gob.pe
  • Boleto de tren: www.incarail.com/es/ | www.perurail.com/es/ (los precios están en dólares).

ATRACCIONES COMPLEMENTARIAS.

  • Plaza de Armas: ubicada en el Centro Histórico y rodeada por una pequeña cordillera, es el epicentro turístico por excelencia. Algunos de sus edificios conservan en sus cimientos algunos muros incas, mientras que en la gran mayoría prevalece el estilo colonial, tras la conquista de los españoles en 1537. Entre sus atractivos se encuentran múltiples tiendas de indumentaria local, templos convertidos en museos y una infinidad de recovecos donde encontrarás pequeños restaurantes y, un poco más escondida, la tan visitada piedra de los 12 ángulos. En el centro de la plaza de eleva el Monumento al Inca Pachacutec, la cual da la sensación de estar bañada en oro, mientras que a unas pocas cuadras está el mercado de San Pedro, el emporio de los artesanos, con un sinfín de souvenirs, chocolates y hasta prendas tejidas con lana de alpaca.
  • Templo del Sol en Ollantaytambo: antiguamente conocida como “Fortaleza” por sus descomunales muros, que a la fecha se mantienen intactos, la atracción principal es el Templo del Sol, en la cumbre de la montaña, cuyo ascenso consta de más de 200 escalones y un estrecho recorrido alrededor de la misma, para llegar a este espectacular santuario que consta de Seis Monolitos dedicados a Inti, el Dios del Sol.
  • Mercado artesanal de Písac: con objetos labrados en plata pura, cada brillante pieza, desde los anillos más simples hasta las esculturas con formas de puma, serpiente y cóndor, están finamente trabajados con este elemento extraído de las minas cercanas al poblado.
  • Chinchero: para llevarte un recuerdo único de Perú, la opción ideal es visitar los talleres de costura con lana de alpaca, cuya variación cromática está elaborada con diversos tipos de flora, maíz, tierra de la zona y hasta orina de cuy (comúnmente conocidos como cobayos).

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