Recorrer el circuito nocturno de Nueva York es una de las mejores opciones que ofrece la ciudad. En base a su experiencia en el destino, la experta en cocterlería, Inés de los Santos, nos brinda consejos para disfrutar aún más de esta gran urbe de Estados Unidos:
5 barras imperdibles de Nueva York
"Si tu idea es ir de bares a Nueva York lo primero es buscar un lugar dónde hospedarse, preferentemente entre los barrios Chelsea y Tribeca. Un tip a tener en cuenta es que no tenga escaleras y además es aconsejable iniciar una dieta saludable. Durante mi última visita a la ciudad recorrí varios bares y de todo el circuito creo que hay cinco barras que no se pueden dejar de visitar:
• Angel’s Share: ubicado en el East Village de Manhattan, es un speakeasy (bar a puertas cerradas) en el piso de arriba de un restaurant japonés de mala muerte. Sin embargo, Angel’s Share es súper elegante y acogedor. Cuenta con una regla muy estricta: “No puede haber clientes parados”; o sea que tienen un cupo limitado para el ingreso que cumplen a rajatabla.
El bar lo maneja una familia japonesa y los bartenders operan la barra con la precisión de un samurái, sin dejar de ser cálidos y hospitalarios. A mi entender son los tragos más ricos que probé en la ciudad. A tener en cuenta que es un poco caro y cierra temprano.
www.yelp.com.ar/biz/angels-share-new-york.
• Employees Only: lo podés encontrar en el West Village. Sin dudas mi bar favorito! Todo lo que pasa está bueno. Por eso es que hace más de una década es proclamado uno de los mejores lugares de la Gran Manzana. El lema es “los empleados deben divertirse así el bar es divertido”; y ya lo creo que funciona.
Además, los tragos que se sirven son ricos y salen rápido. La selección de música es excelente, suena bien y la gente que va es un espectáculo en sí mismo. Vale la pena darse una vuelta todas las noches durante la estadía en Nueva York. Un dato más: la comida es buenísima.
• Please Don’t Tell (PDT): también en East Village, es un speakeasy que abrió sus puerta hace varios años. La entrada es bastante graciosa, ya que el bar está dentro de una panchería de la calle Saint Marks, lugar donde se congregaron durante años los punks y metaleros pesado de la ciudad.
Dentro de la panchería hay un teléfono público, con un número para llamar, que cuando atienden se abre una puerta escondida y allí la recepcionista te permite ingresar siempre y cuando haya lugar. Otro tip a tener en cuenta es que en la mayoría de los bares la espera es de media hora. Por eso es recomendable comprar un chip para celular con una línea local y dejarle el número a la recepcionista para que te llame cuando haya una mesa disponible. Una vez adentro es un placer ver a los bartenders trabajando con tanto arte. Vale la pena todo el trip.
• Amor y Amargo: simple y espectacular. El lugar es tan chico, que a los 10 minutos de haber ingresado ya te hiciste amigo del bar entero! Hay espacio para 10 o 12 personas, como máximo. El lugar está comandado totalmente por el bartender, que opera la barra con mucho arte y dedicación. El nombre habla claramente del concepto: todos los tragos se hacen con bitters (hay más de 200) y con mucho amor. Se trata de un propuesta con el equilibro perfecto en East Village. Además en el lugar se pueden comprar los bitters!
• Hotel Delmano: durante la visita a Nueva York es un deber cruzar el Brooklyn Bridge de noche y la mejor excusa es hacerlo para llegar a un buen bar. El Hotel Delmano, ubicado en una esquina de Williamsburg Street, es sin dudas una de las mejores propuestas del barrio. En esta barra todos los cócteles son frescos y ricos, y están elaborados con mucho esmero y compromiso. El lugar tiene un aire melancólicamente muy cuidado, con música e iluminación acorde. Tener en cuenta que comer la variedad de ostras frescas del día ¡es un deber!"
Se inició como camarera hasta que le llegó la oportunidad de acercarse a una barra, espacio en el que encontró su pasión y profesión: la coctelería.
Adquirió experiencia en Nueva York y estudió la carrera de sommelier. Así llegó a ser jefa de la barra del Gran Bar Danzón y gerenció espacios como Radioset y Casa Cruz. Dictó cursos de coctelería y clases de bebidas espirituosas, participó en las señales El Gourmet y FoxLife, y escribió los libros “Tragos: Guía básica de coctelería” y “Barras y bares de Buenos Aires”.
Actualmente se dedica a la consultoría de bares y restaurantes en el país y en el exterior. Además es la directora de Julep, una empresa que realiza recepciones y barras de alta calidad para eventos sociales y corporativos.
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